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El turismo aún no ha muerto

El turismo aún no ha muerto

Una mirada a cómo algunas de las ciudades y regiones españolas afrontaron el verano del coronavirus

No hay forma de evitarlo: el verano de 2020 fue terrible para el estado del turismo. ¿Pero qué significó eso? ¿Fue todo nubes oscuras? Hoy nos fijamos en España, uno de los países más visitados de Europa, pero también uno de los más afectados por los cierres y restricciones fronterizas.

Este verano, que terminó oficialmente hace apenas unos días, ha dejado a la industria turística ibérica tambaleándose por las consecuencias. En la Parte 1 (artículo en inglés), analizamos lo que Porto había decidido hacer al respecto. En este artículo veremos cómo algunos de las administraciones locales y regionales españoles están respondiendo al desafío que se plantea a un sector tan importante para sus economías.

¿Se recuperará la industria turística española?

Sí, las estadísticas están publicadas y no son para los débiles de corazón. Las llegadas por avión este verano cayeron más del 70% en comparación con el mismo período de 2019, al igual que las pernoctaciones. Pero veamos algunos ejemplos que muestran que hay un rayo de luz en cada nube oscura.

El 23 de septiembre, la Comunidad Valenciana celebró sus Premios anuales de Turismo que premian las prácticas innovadoras y los emprendimientos empresariales en la industria local. Si bien, los ganadores recibieron sus premios por las actividades que habían desarrollado el año pasado, los organizadores también decidieron mostrar su reconocimiento al papel del sector de la hostelería durante la primera ola de coronavirus.

Se aplaudió la inesperada contribución del sector a las medidas necesarias para hacer frente a la pandemia. A todos se nos recordó que hoteles como el Hotel Luz Castellón, el Hotel AC Valencia y el Complejo San Juan de Alicante abrieron sus puertas a los pacientes y se convirtieron expresamente en hospitales que aceptan pacientes COVID-19. Las ONG de catering proporcionaron comidas gratuitas y pudimos ver que la economía social puede asociarse con el sector del turismo cuando haya una causa común.

Dirigiendo la atención a los visitantes domésticos

Esta fue probablemente la primera temporada de verano en varias décadas en la que la proporción de turistas españoles superó a la de los extranjeros. Esto puede parecer inusual, pero para muchos representó la oportunidad perfecta para que la industria local se reencuentre con los residentes vecinos. Recuperar la confianza del turista internacional no tendría sentido sin hacer primero lo mismo con el nacional.

Aquí hay un ejemplo. La Junta de Andalucía decidió emitir bonos turísticos que ofrecerán un 25% de descuento en viajes dentro de esa región, siempre que dichos viajes incluyan la estancia en hoteles durante al menos 3 noches y se compren a través de agencias de viajes participantes certificadas con el sello “Andalucía Segura”. Estos bonos estarán disponibles a partir del 1 de octubre y son una clara muestra de compromiso de apoyo tanto a las empresas turísticas como a sus clientes.

En Cádiz se informó que alrededor del 90% de los visitantes procedían de España, lo que en realidad se vio como un cartel de bienvenida y una oportunidad para seguir desarrollando productos y servicios dirigidos a ese público.

Esta situación también ha servidos para que Cádiz sea descubierta por muchos turistas nacionales y esto también es un dato muy positivo, ya que pasamos a ser referencia para que vuelvan a repetir en otras circustancias. Una vez que nos descubren y conocen nuestras excelencias vuelven a repetir”, ha dicho Monte Mures, la concejala de Turismo de Cádiz.

Subiendo hasta la costa norte del país en la ciudad de San Sebastián nos encontramos con que la concejala de turismo allí, Cristina Lagé, comparte un sentimiento similar. Esto se debe a que si se compara con las medias nacionales mencionadas anteriormente, la ciudad vasca ha obtenido mejores resultados en llegadas (un 20% menos que en 2019) y estancias en hoteles (un 25,7% menos que en 2019).

La concejala Lagé opina que esto es una prueba de que los turistas han depositado su confianza en las medidas de seguridad adoptadas en la ciudad. Las autoridades han oído el mensaje y están agradecidos de que sus esfuerzos parezcan estar en el camino correcto.

[Esto] da mucha tranquilidad a la hora de planear campañas y acciones para un otoño que todo el mundo cree que va a ser duro”, concluyó Cristina Lagé.

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